Circuitos Turísticos de SALTA
Circuito Sureste Circuito Andino Circuito Noreste
Circuito Ciudad Circuito de los Valles Calchaquíes
 

 
Sureste
Aguas que curan

Aguas termales en un ambiente rodeado por exuberante naturaleza.
Parque Nacional El Rey, 44.162 hectareas de desbordante flora y fauna.
Tiempo: un día
Recorrido: Opcional
Lugares Destacados: Parque Nacional El Rey. Metán (Posta de Yatasto). Rosario de la Frontera (aguas termales)
Recomendaciones: Para el Parque Nacional se recomienda pedir permiso para ingresar en la Secretaría de Turismo, Buenos Aires 96. En la ciudad de Rosario de la Frontera no dejar de visitar el Hotel Termas de Rosario con baños termales.
Observaciones: Si visita El Rey no olvidar repelente para mosquitos.

POSTA DE YATASTO (METAN)

En esta antigua casona ubicada a dos kilómetros de la ciudad de Metán se encontraron los generales José de San Martín, Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes para coordinar las acciones que derivaron en la campaña del Alto Perú y defensa de Salta y Jujuy.
Se dice que, en 1814, Belgrano entregó allí el mando del Ejército del Norte a San Martín. Ese año San Martín inicia su marcha acompañado de Güemes, que retornaba a una Salta ocupada por las tropas del rey español. La coincidencia entre ambos es amplia. San Martín ve en Güemes a un militar inteligente y muy baquiano y, ante estas cualidades, lo designa jefe de la vanguardia patriota. Para desalojar al Ejército español y avanzar hacia el Alto Perú "bastan los valientes gauchos de Salta", dijo San Martín, según relata el historiador Gregorio Caro Figueroa en el libro "Salta, Argentina. "Naturaleza y Cultura".
La posta está situada a 150 kilómetros de la capital salteña, sobre la ruta 34 que conduce a la ciudad de San Miguel de Tucumán. Fue declarada Monumento Histórico Nacional.

AGUAS TERMALES (ROSARIO DE LA FRONTERA)
AGUAS QUE CURAN EN ROSARIO


El Hotel Termas de Rosario de la Frontera es un lugar donde salud, paisaje y esparcimiento se reúnen en un ambiente desbordante de naturaleza para el disfrute. Situado a 180 kilómetros de la ciudad de Salta es el más antiguo complejo turístico termal de Sudamérica: fue construido en 1880.
Abarca un predio de 800 hectáreas donde se encuentra mucho más que aguas con propiedades medicinales. Un bosque de exuberante vegetación rodea el casco central y las instalaciones deportivas, y a sólo 500 metros, los visitantes pueden acceder a la laguna del club de caza y pesca.
Las aguas termales son un fuerte atractivo para el turismo-salud por los distintos tipos de aguas termales que surgen en la zona. Para aprovechar sus virtudes, el complejo cuenta con dos piletas construidas con lava volcánica, un material refractario que impide el recalentamiento de la superficie por la que caminan los bañistas. Una de las piletas es de uso exclusivo para quienes se hospedan en el lugar, mientras que la otra está destinada al uso del público que concurre durante el día.
Se accede a nueve variedades de aguas termales que llegan a alcanzar 99 grados centígrados de temperatura, pero que gracias a un sistema de transvase de fuentes, se logra que éstas no superen los 34 grados.
Las aguas son aconsejadas para personas mayores como complemento de tratamientos médicos de reuma, enfermedades biliares y digestivas, estrés y arteriosclerosis entre otras; pero también son recomendables para todas las edades y es por eso que frecuentemente en las piletas se observan niños y hasta bebés.
Para un mejor cuidado de la salud, en el complejo hay un consultorio médico para chequeos, y el personal del hotel está capacitado para orientar a los turistas ante cualquier inquietud sobre las aplicaciones de las aguas termales.
En 1880, Antonio Palau, médico español radicado en Tucumán, comenzó la construcción de la casona que originaría el hotel, que se extendió a lo largo de cincuenta años, finalizando en abril de 1928.
Numerosas personalidades destacadas reposaron bajo su techo y disfrutaron de sus aguas termales, como Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Nicolás Avellaneda y Bernardo de Yrigoyen.
En el complejo, las actividades no están únicamente relacionadas con los baños termales. Hay juegos infantiles para los niños y se puede practicar tenis, voley e incluso golf en las instalaciones del predio. Se puede participar de cabalgatas por los alrededores y pescar en la laguna del Club de Caza y Pesca de Rosario de la Frontera, distante a 500 metros del hotel.

Andino

Un viaje a las nubes

Recorriendo el pasado en Santa Rosa de Tastil, no se sorprenda si en San Antonio de los Cobres se encuentra con el Tren a las nubes y a los 3.300 m.s.n.m. nos encontramos con el blanco impactante de las Salinas Grandes.

Tiempo: 1 día
Recorrido: 320 kilómetros
Altura máxima: 4.080 metros en Abra Blanca
Lugares destacados: Quebrada del Toro; Santa Rosa de Tastil y Museo Arqueológico; pueblo de San Antonio de los Cobres, su iglesia y su gente.
Recomendaciones: Si lo permite la ruta, 22 kilómetros de San Antonio de los Cobres se encuentra el viaducto La Polvorilla, una obra fantástica de ingeniería ferroviaria, donde termina su recorrido el Tren a las Nubes. En Santa Rosa de Tastil, recorrerla sin apuro, pedir que lo acompañe el guía del museo.
Observaciones: En este paseo, ir abrigado. Si puede, haga el viaje en el tren, es inolvidable. No olvide los rollos de fotos y vea los tejidos artesanales de la gente del lugar.

QUEBRADA DEL TORO

La Quebrada del Toro es la puerta a la precordillera de los Andes (el cordón montañoso que atraviesa América del Sur). Comienza por la ruta nacional 51 cuando se pasa el pueblo de Campo Quijano, llamado "Portal de los Andes", y lo primero que se encuentra son los puentes ferroviarios que transportan al "Tren a las Nubes".
La Quebrada del Toro es una garganta con paredes casi perpendiculares y muy erosionadas. La vegetación espontánea tiene árboles en la parte más baja, y arbustos y grandes cactus en el extremo superior. Un alto casi obligado en el camino es el poblado de El Alfarcito con su pintoresca capilla.
Por la Quebrada, los cardones adornan las laderas de las montañas, del mismo modo como los cerros multicolores, el verdor de la vegetación, el azul del cielo y la atmósfera diáfana.

SANTA ROSA DE TASTIL
POBLADO PREINCAICO MAS COMPLETO


Casi invisible y protegido por su estratégica ubicación, el poblado de la cultura andina emerge en lo alto de las colinas de Santa Rosa de Tastil a 3200 metros sobre el nivel del mar.
Tastil es uno de los poblados preincaicos de estructura urbana más completa del Noroeste de Argentina por su distribución urbanística y de sus viviendas. Las estructuras cuadrangulares y rectangulares no se repiten en su estricto sentido geométrico, producto, quizá, de la topografía del sitio.
Sobre las 12 hectáreas se hicieron viviendas simples, de un recinto (ubicadas en el sector noroeste del yacimiento) y complejas con varios recintos.
Las sinuosas calles forman un laberinto que converge en el centro, en una especie de plaza. Las ruinas que ahora se pueden ver son construcciones de piedra. Los techos eran de cuero y tejidos de lana de oveja y llama. En esta zona casi nunca llueve.
El yacimiento arqueológico se encuentra entre las quebradas de los ríos Tastil y Las Cuevas, abarca 12 hectáreas con 440 casas, donde habitaron en su apogeo entre 2000 y 3000 habitantes.

LAS PIEDRAS SAGRADAS DE TASTIL

Algunas manifestaciones artísticas de la cultura andina se conservan en 4.800 bloques de piedra en Santa Rosa de Tastil, a cien kilómetros de Salta ciudad. Estas representaciones con sentido mágico religioso fueron realizadas entre el 900 y 1.500 en unas colinas cercanas al poblado preincaico donde también se resguardan más de 400 construcciones habitacionales de piedra con sinuosas callecitas que convergen en el centro de una de las laderas.
Los dibujos en las piedras talladas representan los distintos cultos que los andinos ofrecían a sus dioses. Así intentaban dar mensajes a sus divinidades haciendo rogativos y pidiendo fertilidad y abundancia a la tierra.
Las llamas (camélidos) son los motivos más frecuentes que se encuentran en las piedras grabadas de Santa Rosa de Tastil. Otros motivos rupestres son los felinos, ofidios, suris (ñandúes), figuras geométricas meandriformes (zigzag). En las rocas también hicieron representaciones de figuras humanas y de máscaras.
El petroglifo más importante es el de la "Bailarina de Tastil" que está en el Museo Antropológico de Salta, detrás del monumento a Güemes en la ciudad de Salta. En las colinas de Tastil, no obstante, se encuentra otro no menos valioso: "El Calendario", un dibujo circular con símbolos que todavía no fueron descifrados.

EL MUSEO DE SANTA ROSA DE TASTIL

El yacimiento arqueológico de Santa Rosa de Tastil tiene un museo. Sobre la ruta nacional 51, camino a Chile, y a cien metros del sitio se encuentra el museo de sitio "Santa Rosa de Tastil" que cuenta la historia de la cultura andina que vivió en esa zona.
En la única sala que tiene el museo se exhiben trabajos de investigación, excavaciones, clasificación y restauración. Las cerámicas, textiles o metales encontrados fueron de uso funerario y religioso con excepción del material lítico (puntas de flecha e instrumentos de moler). Allí, también se puede ver una muestra de tejidos de la zona. La industria textil se destaca como una de las más importantes de este pueblo agropastoril que fuera eje del intercambio comercial entre las regiones puneñas y valles adyacentes.
Está abierto de lunes a viernes de 10 a18 (excepto los jueves) y los sábados y domingos de 10 a 14. Los visitantes son guiados por el encargado del museo Luis Santillán o por su esposa Elsa Verón.

SAN ANTONIO DE LOS COBRES

En una desértica cavidad se levanta San Antonio de los Cobres, con su iglesia, su flamante escuela y hostería, y los obradores de las minas, gasoductos y alguna otra industria de la zona.
En San Antonio se detiene el Tren a las Nubes. Los artesanos venden sus productos regionales cuando retorna el famoso tren del Viaducto La Polvorilla. Este paseo se detiene durante una hora en el pueblo.
El tejido es la principal fuente de trabajo de las mujeres en la zona. Es una costumbre ancestral que se transmite de generación en generación. Aquí se teje el legendario barracán, una tela gruesa hecha con lana de llama o de oveja que se caracteriza por el entramado de colores naturales en el que priman el blanco, el negro y el marrón.
El barracán se usa en la confección de trajes, sacos y ruanas (una especie de chal) y tapados. En los últimos años algunos diseñadores locales, regionales, nacionales e internacionales lo han utilizado para confeccionar sus prendas de vestir y los han presentado en desfiles de modelos.

En San Antonio la mayoría de las mujeres teje puloveres, chalecos, medias, guantes, gorros, ruanas y frazadas, entre otras prendas, con la lana de oveja o de llama. Para confeccionarlas usan, en general, tres tipos de técnicas: el telar para ruanas y frazadas, las dos agujas para pulóveres y chalecos, y cinco agujas para guantes y medias.
Muchas tienen "viejos telares" de cardón (madera típica de la zona) y otras aprendieron técnicas más modernas que reducen sus horas de esfuerzo, pero ninguna quiere abandonar la costumbre de tejer con agujas de madera de tola (arbusto de altura que sirve como combustible) porque "no hacen doler las manos" al ser flexibles. "El fierro (por los palillos de metal) cansa y hasta lastima los dedos", comentó doña Ana Sarapura, una artesana de 72 años que tiene la sabiduría en las manos: aprendió a tejer cuando era niña.
Desde San Antonio se puede ir a Salinas Grandes. Son sólo 80 kilómetros, pero es preciso calcular mínimo una hora y media de viaje. Se puede visitar también Santa Rosa de los Pastos Grandes, una aparición de adobe. Tiene escuela con unos 70 alumnos y puesto sanitario pero nada le quita el aura de pueblo fantasma

TREN A LAS NUBES
UN VIAJE AL CIELO

El tren más asombroso del mundo, el que lleva a las nubes, asciende a 4.200 metros de altura en un recorrido de 217 kilómetros. Salta es reconocida en distintos lugares del planeta por esta magnifica obra de ingeniería dirigida por Richard Fontaine Maury.
Diecinueve túneles, veintinueve puentes, nueve cobertizos y varias alcantarillas son las principales obras de arte colosales que imaginó Richard Maury para concretar la hazaña de atravesar la Cordillera de los Andes con las posibilidades de la ingeniería.
El Tren a las Nubes es la única excursión ferroturística que parte de la ciudad de Salta ubicada a 1.187 metros sobre el nivel del mar hasta llegar a los 4.200 en el viaducto La Polvorilla. Sale de la estación ferroviaria de Salta. Pasa por la Estación Alvarado, en la ruta nacional 51, siguen las estaciones de Rosario de Lerma, Campo Quijano, Quebrada del Toro, Alisal, Puerta de Tastil, Meseta, Diego de Almagro, Cachinal y San Antonio de los Cobres.
El Ramal C-14 del ferrocarril General Belgrano -que posibilita el recorrido turístico del Tren a las Nubes- permite la salida al Océano Pacífico de las cargas generadas en Salta y la región. Es el tercero en altura en el mundo; el más alto está en Perú con 4816 metros sobre el nivel del mar. El Tren a las Nubes circuló el 16 de julio de 1972.
El tren no usa cremalleras, de modo que la sola tracción de la locomotora arrastra a los diez coches integrantes del convoy, formado por una locomotora Diesel, un coche equipado con sala de enfermería y cabina central de transmisión informativa, un coche restaurante, un coche bar y siete coches con asientos de primera clase, con capacidad para 520 pasajeros.

 

Para ganar altura hace dos zigzag, avance y retroceso en continuo ascenso en los parajes denominados El Alisal y Chorrillos. Realiza dos "rulos, uno a cielo abierto, con las vías en un radio de 130 metros y una rampa ascendente del dos por ciento y avanza unos centenares de metros hasta colocar al tren en una segunda vía paralela por la que retrocede 750 metros y marcha hacia delante de nuevo.
Como se acababa la ladera del cerro, Maury perforó un túnel, curvo y ciego de 88 metros, en el que se introduce un extremo del tren; cambia a una tercera vía paralela y marcha hacia delante de nuevo, elevándose entre un dos y tres por ciento. Vuelve a pasar por El Alisal, pero esta vez 54 metros más arriba.
También el tren "vuela" sobre 13 viaductos, puentes de hierro y sin barandas. La excursión dura quince horas y alcanza su punto culminante en el viaducto La Polvorilla ubicado a 4.200 metros sobre el nivel del mar.

Noreste

IRUYA

Un pueblo perdido en el tiempo
Visitar Iruya es recorrer el pasado, es conocer la gente de esta tierra, es adentrarse en las costumbres y e la cultura.
Entre montañas y dormido en el tiempo, Iruya es un pueblo de ensueño. Su iglesia, sus casas y empinadas callecitas de piedra hablan de las formas típicas de la vida de su gente, resguardándolo del fragor de las grandes ciudades, pero con todo el confort en su hostería.
Como salido de una postal, Iruya invita al descanso y a la meditación, pero también al asombro a través de cabalgatas, caminatas o la práctica de trecking.
Su nombre significa "Paja brava" o "Lugar de los pastos altos" en quechua. La más importante de todas las festividades tiene lugar el primer fin de semana de octubre, con los cultos de la Virgen del Rosario, donde lo pagano y lo religioso se confunden en un sincretismo único.
Cientos de lugareños movidos por su fe participan de los actos religiosos cantando, rezando y ejecutando instrumentos autóctonos (quenas, cajas y sikus). Acompañan la música con el baile típico de los "cachis", un grupo de disfrazados con máscaras cuya danza simboliza la eterna lucha del bien y el mal.
Al pie de Iruya, en el lecho de su río, se origina el comercio de trueque establecido entre sus pobladores, los habitantes de la Alta Puna y localidades aledañas.

EL CAMINO

Junio, julio, agosto, setiembre y octubre son los meses ideales para visitar Iruya, por las condiciones climáticas de la zona.
Para llegar desde la ciudad de Salta se sale por la ruta 34 y se continúa por la ruta 50. Hay que transitar desde Humahuaca (Jujuy) unos 20 kilómetros, girar a la derecha adonde comienza un camino de tierra que conduce a Iturbe (Jujuy) y luego vuelve a transitar por suelo salteño hasta llegar al "pueblo colgado del cielo".

Ciudad

SALTA, LA LINDA

Colonial y moderna, siempre segura y acogedora, la ciudad de Salta atrae todo el año a miles de visitantes. Su calidez y tranquilidad, la atractiva fisonomía hispánica de sus calles sobre el verdor de sus cerros circundantes, y las bondades de su clima
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templado, dan marco a las más variadas actividades: el paseo histórico por sus casonas, templos y museos, la degustación de manjares típicos, o el disfrute de sus alrededores, donde la naturaleza ya comienza a deslumbrar, o el esparcimiento nocturno en sus prestigiosas peñas folclóricas o modernas discotecas.

CIRCUITO PEATONAL
Tiempo: Medio día
Recorrido: peatonal
Altura máxima: la ciudad está ubicada a 1.187 metros sobre el nivel del mar
Lugares destacados: Catedral, Museo del Cabildo Histórico, Casa de Hernández, Casona de Arias Rengel, Iglesia San Francisco, Convento San Bernardo, Museo Pajarito Velarde.
Recomendaciones: solicitar los guías de cada lugar
Observaciones: una visita obligada: la Casa de la Cultura situada sobre el corredor de la calle Caseros al 400.

El centro histórico de Salta es único en Argentina. Tanto en su trama urbana como en sus relaciones espaciales y funcionales, en las del espacio público y privado, en la proporción entre el espacio construido y el espacio libre (patios). En síntesis, en su calidad de vida. Esto se puede admirar en las visuales de los corredores urbanos de la calle Caseros hacia la iglesia de San Francisco y el Convento de San Bernardo, el de la calle San Juan, hacia la Iglesia La Viña, el de la calle Córdoba, y otros, donde la escala humana se mantiene y las visuales a los cerros, el cielo y el sol participan del paisaje urbano.

Templos y Edificios Históricos. Al remontar los tiempos de la fundación de la ciudad, el Cabildo (calle Caseros al 500, frente a la plaza 9 de Julio), conserva aún su estructura original y los vestigios de la historia transcurrida en sus muros. Aunque sufrió varias modificaciones es el más completo y mejor conservado de la Argentina. Es una edificación sólida y de líneas simples, con anomalías que le suman encanto e interés, como su inusual asimetría o el "diablito" en la veleta que corona la torre. Funcionan allí, dos museos con colecciones que permiten apreciar parte del pasado histórico y artístico de la provincia.

La Catedral Basílica de Salta se emplaza frente a la plaza principal, la 9 de Julio. Su estructura fue iniciada en 1858. Es considerada uno de los templos más bellos de Argentina. De la sobrecogedora decoración interior, simétrica y suntuosa se destaca la ornamentación en oro y el soberbio altar. Cada septiembre, la Catedral salteña recibe a miles de los devotos del Señor y la Virgen del Milagro, patronos de Salta, a quienes una conmovedora historia les atribuye el prodigio de haber detenido los terremotos que asolaron la ciudad en 1.693. El Panteón de las Glorias del Norte guarda los restos del general Martín Miguel de Güemes, entre otros próceres nacionales.

De fino estilo gótico, la antigua Iglesia de la Merced (calle Caseros al 800), es uno de los templos que manifiestan su historia en pleno centro de la ciudad. En su interior se encuentra la cruz que hizo colocar el general Manuel Belgrano, otro héroe de la independencia, en el Campo de Honor, donde yacen los caídos de ambos mandos en la batalla del 20 de Febrero de 1813.
Uno de los más destacados exponentes del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad es, sin duda, la Iglesia y Convento de San Francisco (calles Caseros y Córdoba). Edificado en 1625 fue reformado hasta 1882, cuando se inauguró la torre que acompaña al templo, una de las más altas de Sudamérica con 53 metros de altura. El general Manuel Belgrano asistió allí a una misa por los caídos en la Batalla de Salta; y del bronce de los cañones usados en el combate fue fundida la campana de la patria. La Santa Sede le otorgó el título de Basílica Menor en 1997. El templo conserva valiosas obras artísticas, además de un pequeño museo. La biblioteca del convento tiene documentos y magníficos incunables.

El Convento San Bernardo (calles Caseros y Santa Fe) fue en principio Ermita de San Bernardo, patrono de Salta en sus albores. En 1586 se levantó un edificio contiguo, destinado para hospital, bajo el nombre de San Andrés, que sólo en 1726 quedó en condiciones de ser habilitado. En 1846 se convirtió en el actual monasterio con el nombre de Nuevo Carmelo de San Bernardo. Su portal de madera de algarrobo fue completamente tallado por aborígenes en 1762 y colocado en 1845
Casonas y museos. Una histórica edificación de fines del siglo XVII es la Casa de Hernández (peatonal La Florida y calle Alvarado), que hoy contiene espectáculos culturales y donde funciona el "Museo de la Ciudad". Sus muros de casi un metro de espesor y la fachada de escasas aberturas con esquina de doble puerta y balcón superior, recrear la composición arquitectónica predominante en Salta entre el siglo XVIII y principios del XX.

La antigua Casa Arias Rengel (peatonal La Florida 20) conserva el abolengo de la familia que la habitó. Se mantiene en la actualidad como en sus años de esplendor. Funciona en ella el Museo Provincial de Bellas Artes. En el interior se exponen pinturas y piezas talladas. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1946.
En la Casa de Uriburu (calle Caseros 417) podrá visitar una amplia biblioteca y una cocina ambientada como en su época, además, de variados objetos que ilustran usos y costumbres de la época colonial. Fue construida a fines del siglo XVIII y es típicamente colonial.
El Museo Pajarito Velarde (en la esquina de las calles España y Pueyrredón) es una vieja casona que recibió cotidianamente en sus mejores épocas a poetas como Manuel J. Castilla y Juan Carlos Dávalos. Su dueño, el entrañable Pajarito Velarde, les abría su casa con gran amistad y cariño, y supo entablar amistad con personajes como Jorge Luis Borges y Carlos Gardel. Hoy convertida, en museo, es otro típico ejemplo de arquitectura colonial donde se exhiben colecciones de pintura, muebles, armas, instrumentos musicales y otras reliquias del paso de los que la visitaron.

Los Valles Calchaquies

Naturaleza, costumbres e historia se conjugan en los 530 kilómetros que abarca la vuelta por los Valles Calchaquíes en la provincia de Salta. Por la ruta 68, los poblados de Cerrillos, La Merced y El Carril abren paso al sinuoso camino de la imponente Cuesta del Obispo, a un costado el Valle Encantado y más adelante el Parque Nacional erizado de Cardones.
Es sobrecogerse ante la magia de caminar por los empedrados de Cachi, entre sus casas bajas y deadobe (mezcla de barro y paja); donde el silencio también se escucha.

Recorrer estos caminos es remontarse también en el tiempo de la colonia al pasear por Molinos, visitar su iglesia, viejas casonas de españoles o el criadero de vicuñas donde esquilan su lana con técnicas ancestrales de los quichuas (cultura incaica, anterior a la colonia).
Es asombrarse con la Quebrada de la Flecha, entre San Carlos y Angastaco. Es caminar por los viñedos o las Dunas de Cafayate y alegrar el espíritu con el inigualable vino torrontés, mientras se comparte una velada de serenata. Es volver a ser niño y jugar con las caprichosas formas y colores de la Quebrada de las Conchas, pasear por el pueblo fantasma de Alemanía, antes o después de contemplar un atardecer navegando en el dique Cabra Corral, después de haberse detenido en el apacible pueblo de Coronel Moldes.

Tiempo: dos días y una noche
Recorrido: 530 kilómetros
Altura Máxima: 3.348 metros en Piedra del Molino (Cuesta del Obispo, camino a Cachi)
Recomendaciones: Salir de excursión temprano, llevar abrigo para la noche, no olvidar rollos de fotos y agua mineral.
Observaciones: Si tiene tiempo visitar Cachi Adentro, Ruinas de las Pailas y La Paya. La foto del Nevado de Cachi (6720 metros) a la mañana y en la Quebrada de Cafayate por la tarde. No deje de visitar el dique Cabra Corral.

VALLE ENCANTADO

A un costado del viboreante camino de la Cuesta del Obispo sorprende el Valle Encantado. Aquí hay una laguna engarzada entre prados de altura y formaciones rocosas coloradas, donde las nubes acunan un suelo muy cerca de Piedra del Molino, (3.348 metros) el sitio más alto de la ruta hacia Cachi.

El encanto del valle se vislumbra desde el pie de la Cuesta del Obispo cuando se observa al Torreón de la Cuesta (3.280 metros), una especie de guardián del sitio. Cuando se hace cumbre en esta montaña se tiene una panorámica del valle que es para el asombro.
Por el recorrido interior del Valle Encantado se puede ver a los cóndores cuando toman agua en bebederos naturales (unas enormes piedras que tienen hendiduras donde se almacena el agua de las lluvias). Si se recuesta a un costado de las piedras puede maravillarse con el majestuoso vuelo del rey de los Andes, a escasos metros de altura.

CACHI

Envuelto por serranías de todos los colores y bendecido por el río Calchaquí, Cachi es un bálsamo para el espíritu. Situado a 157 kilómetros de Salta capital y a 165 de Cafayate, los dos lugares más visitados de los Valles Calchaquíes. En sus entrañas conserva la identidad de un pueblo apacible donde todos se conocen y protege a más de cien sitios arqueológicos. Aquí, la magia de las noches emerge cuando el silencio se escucha.

A 2.280 metros sobre el nivel del mar recibe a sus visitantes con una esencia particular que lo distingue como un pueblo calchaquí detenido en el tiempo. Con su cumbre siempre blanca, el Nevado de Cachi o "Blanco Peñón de la Soledad" (cuenta con nueve cumbres y la más alta alcanza los 6720 metros) es uno de sus tesoros que le otorga un marco especial al poblado que congrega a unos seis mil habitantes en todo el departamento.
El origen del pueblo se remonta a 1673. La plaza cercada por una pirca de piedra emula a los centros de reuniones de los ancestrales habitantes de la zona (los indios chicoanas). A un costado se encuentra la iglesia de Cachi, declarada en 1945 monumento histórico nacional. Con su estilo neogótico mantiene también una particularidad de los valles: su techo, el altar, el confesionario y los marcos de los cuadros son de cardón, una madera típica de la zona.
En la otra esquina está el Museo Arqueológico "Pío Pablo Díaz" donde se conservan una 5.000 piezas que relatan más de diez mil años de historia, desde el 800 antes de Cristo hasta el 1.600 después de Cristo. Cachi significa en lengua kakana (la lengua más antigua) "sal". Los aborígenes habían confundido la plateada cumbre del nevado de Cachi con una salina.

MOLINOS

Molinos es una población serrana de los Valles Calchaquíes fundada a mediados del siglo XVII. Su trazado es irregular con casas de adobe y tejados de tierra, con galerías y pórticos.
Se encuentra a 210 kilómetros de la ciudad de Salta y a 116 de Cafayate. No se puede dejar de visitar su iglesia parroquial, construida en 1.639, donde reposan los restos momificados del último gobernador español Nicolás Severo de Isasmendi. Frente a la iglesia se encuentra la casa hacienda de Isasmendi, convertida hoy en el "Hostal de Molinos".

Los ríos Luracatao y Amaicha cobijan las 18 hectáreas del criadero de vicuñas "Coquena", situado a menos de cinco kilómetros del pueblo de Molinos. En este refugio habitan unas 100 vicuñas en semi cautiverio para obtener una fibra mucho más fina que en Bolivia y Perú. Aquí, se retomó una técnica ancestral, la de los quichuas para esquilar la lana de vicuña, una especie en peligro de extinción, porque para obtener su fibra (una de las más livianas y finas de origen animal, por ende la más cara), todavía las matan. Un poncho de lana de vicuña puede costar hasta 3.000 dólares y se necesitan 12 vicuñas para confeccionar uno.

CAYAFATE

Dueña de uno de los paisajes más impactantes de Argentina, la Quebrada de Cafayate o de las Conchas descubre una serie de formaciones naturales que resaltan en el camino como la famosa Garganta del Diablo, un cañón profundo y cerrado, cuyo final parece una especie de traquea que incita a subir.


Luego aparecen El Anfiteatro (una formación montañosa con una acústica que favorece hasta al menos entonado), El Sapo, El Fraile, El Obelisco, Los Castillos, cuyos nombres representan lo que parecen ser.
Los Médanos o Dunas, pequeños arenales blancos con composición de mica calcárea (mineral), seduce a los viajeros por las caprichosas figuras que forma el viento, sobre todo cuando se camina a la luz de la luna. Están ubicados a 178 kilómetros desde Salta ciudad.


La quebrada es un rasgo morfológico moderno y se remonta a los movimientos tectónicos que tuvo lugar a fines del período terciario, y más concretamente durante el cuaternario, esto es en los últimos dos millones de años, según geólogos locales.
La majestuosa Quebrada de las Conchas, los médanos, la iglesia y las bodegas viñateras identifican a Cafayate. La ciudad está rodeada por un cinturón de viñedos. Las bodegas ofrecen circuitos por sus viñedos donde no puede faltar el inconfundible vino torrontés, como así también se puede saborear vinos pateros de decenas de pequeños productores que hasta hoy pisan uvas.


Cafayate tiene un estilo entre colonial y barroco de fines del siglo XIX. Frente a su amplia plaza están la iglesia parroquial y el edificio municipal. Desde esta ciudad y recorriendo cinco kilómetros de senda se puede acceder a finca San Isidro, donde se encuentran cuevas con pinturas rupestres.
Se puede visitar el "Museo Regional y Arqueológico Rodolfo Bravo", donde más de mil piezas arqueológicas relatan los orígenes de la zona. Está situado en Colón 191 y abierto todos los días de 11 A 20. Los visitantes son guiados por Helga Mazzoni, viuda de Rodolfo Bravo, creador del museo.


Otra de las reliquias de los alrededores de Cafayate es un molino jesuítico de 350 años que aún está en funcionamiento. Se lo encuentra a seis kilómetros del pueblo más famoso de los Valles Calchaquíes. Puede moler por vez hasta 200 kilos de sémola, polenta y harina de maíz (tres calidades de molienda).
La estructura del molino está formada por dos piedras circulares de un metro de diámetro cada una. Una es fija y la otra móvil. Tiene además una estructura de hierro (antes era de madera) que está debajo de las dos rocas. Esta paleta se mueve con la presión del agua canalizada en pircas de piedra. El líquido cae y golpea contra la paleta y se produce la molienda.